Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki (ciudades de Japón) fueron lanzados por Estados Unidos el 6 de agosto y el 9 de agosto de 1945. Estas han sido las dos únicas bombas atómicas con uso militar no experimental de la historia mundial. En pocos segundos, ambas ciudades quedaron devastadas. Se calcula que en Hiroshima, la bomba mató a más de 120.000 personas de una población de 450.000 habitantes, causando otros 70.000 heridos y destruyendo la ciudad casi en su totalidad. En Nagasaki, el número de víctimas causadas directamente por la explosión se estima en 50.000 mortales y 30.000 heridos de una población de 195.000 habitantes. A estas víctimas hay que sumar las causadas por los efectos de la radiación nuclear. De una población de 645.000 habitantes, el número de víctimas pudo sobrepasar las 400.000 o 500.000, de ellas, 200.000 o 250.000 mortales
Dichas bombas provocaron la rendición inminente de Japón, y, esta rendición, provocó a su vez el fin de la Guerra del Pacífico.
(*)Nube de hongo sobre Nagasaki tras la detonación de la bomba
Causas de los bombardeos
La principal causa de estos bombardeos fueron las numerosas disputas entre Japón y Estados Unidos, sobre todo en el Pacífico. Cuando murió el presidente de los Estados Unidos, Roosevelt, este cargo se le asignó a Truman, quien fue el principal desarrollador del plan de bombardeo de las ciudades japonesas.
El gobierno estadounidense logró descifrar las claves usadas por los japoneses ante una posible rendición y, con la aprobación de Gran Bretaña, se dispusieron a buscar blancos donde hacer detonar la bomba. Su idea era buscar ciudades en las que no hubiese estallado ninguna bomba previamente y con un alto índice de densidad poblacional, para asegurar unos mayores efectos nocivos.
Bomba de Hiroshima
Little Boy fue el nombre con que se bautizó a la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Little Boy fue lanzada desde el bombardero estadounidense B-29 llamado Enola Gay pilotado por el teniente coronel Paul Tibbets, desde unos 10 450 m de altura. La bomba explotó a las 8:15:45 AM (JST), aproximadamente, a una altitud de 600 m sobre la ciudad japonesa, matando aproximadamente a 140 000 personas.1 El 15 de agosto, el Imperio de Japón anunció su rendición incondicional frente a los Aliados, concluyendo la Guerra del Pacífico y por tanto la Segunda Guerra Mundial.
Bomba de Nagasaki
Fat Man fue el nombre clave utilizado para el dispositivo nuclear que fue detonado en Nagasaki, Japón por los Estados Unidos el 9 de agosto de 1945. Fue el segundo y hasta ahora, el último dispositivo nuclear utilizado en un ataque y el tercero en ser detonado en la historia después de Trinity y Little Boy.
El arma fue lanzada desde el bombardero B-29 Bockscar, pilotado por el Comandante Charles Sweeney. A pesar de tener casi el doble de potencia que Little Boy lanzada en Hiroshima tres días antes, la extensión del daño fue menor debido a la topografía de Nagasaki, sin embargo se estima que 40.000 personas murieron en este ataque y otras 25.000 fueron heridas, y varios miles morirían después debido a heridas relacionadas, envenenamiento y radiación residual.
(*) Little Boy (*) Fat Man
Consecuencias físicas de las bombas
La explosión de la bomba atómica elevó la temperatura decenas de miles de grados hasta fundir prácticamente todo tipo de material, incluida la arcilla. El huracán generado por esta energía liberada que evolucionó en dos oleadas, con sentido contrario alcanzó los 1.500 kilómetros por hora de velocidad.
Miles de personas fallecieron en el acto, muchos volatizados, otros abrasados y algunos lanzados a varios kilómetros de distancia de su punto de origen por el vendaval desata.
Pero el horror no acabó aquí. «El sol de la muerte», nombre que dieron los japoneses a los efectos radiactivos de los rayos gamma, delta y alfa, provocó una huella de dolor en cientos de víctimas del bombardeo. Hasta veinte años después de producida la explosión morían supervivientes de la misma a causa de dichas secuelasdo.
Las principales lesiones, según la dosis de radiación absorbida, se deben a trastornos hemáticos, desde anemia aplástica a leucemia; lesiones en los epitelios de revestimiento de la piel y en las mucosas, principalmente en la respiratoria y en la digestiva, con aparición de vómitos, náuseas y hemorragias; lesiones cutáneas del tipo de necrosis aguda y que coexisten con las propias de las quemaduras por el calor de la explosión y lesiones en el epitelio gonadal, causa de ulteriores malformaciones fetales.
Opinión personal
En nuestra opinión, consideramos que estos bombardeos no tienen ningún tipo de justificación ya que los daños provocados por dichos artefactos son mucho mayores que cualquier tipo de enfrentamiento que existiera entre Japón y Estados Unidos.
Estados Unidos únicamente quería mostrar su potencial tecnológico y su superioridad al contar con estas bombas, pero, en ninguno de los casos, debió acabar con la vida de cientos de miles de personas para demostrarlo, pues Japón tarde o temprano se habría acabado rindiendo.
Para concluir, debemos decir que estos bombardeos solo nos advierten de la magnitud de los avances tecnológicos que disponemos hoy día, que nos pueden llegar a resultar muy útiles si se usan con una finalidad apropiada, o, por el contrario, llegar a ser capaces de matar a miles de personas inocentes..